jueves, 13 de noviembre de 2008

PRIMERAS INVESTIGACIONES

Existe toda una red de de manantiales salados a lo largo de la provincia. Se originaron por la fuerte evaporación que tuvo lugar en algunas cuencas marinas, que fueron ocupadas por el mar y quedaron después aisladas durante el período Triásico, hace más de doscientos millones de años. Posteriormente, al circular el agua del subsuelo en contacto con estos materiales, va disolviendo parte de sus sales, de forma que al aflorar han alcanzado una salinidad elevada.

Si la circulación del agua subterránea se produce a una velocidad lo suficientemente lenta, el resultado es una salmuera cargada de sales hasta la saturación. De esta forma, dependiendo de la época del año, el manantial suele presentar en su alumbramiento entre 18 y 22º Bé.

En algunos lugares se aprovecharon estos manantiales para la extracción de sal en tiempos de dificultades en los transportes. Este caso sigue vigente en otras zonas como Santa Pola.

Para que el depósito formado perdure a lo largo del tiempo, debe quedar recubierto por otros materiales, como por ejemplo arcillas, de manera que quede protegido de posteriores disoluciones debidas a la acción de los elementos atmosféricos. Estos depósitos pueden quedar a mucha profundidad, de manera que sólo es factible su explotación cuando se ven sometidos a fenómenos de diapirismo: la sal es capaz de absorber la humedad del ambiente que la rodea (se dice que es higroscópica), hasta que llega un momento en que se convierte en una masa muy plástica que comienza a ascender por efecto de la presión y su baja densidad, atravesando estratos superiores y quedando a nuestra alcance.

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